diario de cabotaje
Tribulaciones y sueños. Diario de cabotaje.
El último verano

De repente, el último verano. Un verano largo de colegial en el que sin embargo trabajo como un adulto luterano de bata blanca. Queda ya lejos la escapada a Portugal de julio con la que pretendía tomar oxígeno -Évora, Coímbra, Aveiro-, y los días de agosto pasan lentos, idénticos, gozosos también entre el trabajo y la holganza, entre Coín y Fuengirola, entre la tierra y los baños crepusculares de mar. Recordaré este verano que aún vive y palpita como el verano de San Juan de la Cruz, el verano en el que leía por la casa a solas, engolando la voz, los poemas del Cántico espiritual y de la Noche oscura del alma. Quizá sea yo como es Ramón Andrés: un místico laico que ...


Palabras para Luisa. Una despedida

Qué rápido ha sido todo, Luisa. Hace poco más de veinticuatro horas que te has ido de mi lado y me he puesto a escribir de urgencia porque no dejo de llorar como un niño, sí, un llanto inconsolable que me paraliza, que me impide incluso atender a la gente en la farmacia. Ayer, compungido tras enterrarte, salí del despacho porque una paciente muy enferma quería verme y creyó, al ver mis ojos, que me condolía de su drama hasta ese punto, y no pude negarlo. Has estado conmigo diez años, una década que, no me cabe duda, ha sido la más feliz y feraz de mi vida. Hace diez años entregué a la editorial el manuscrito de lo que sería mi primera novela, un tocho descomunal que ...


¿Qué fue de la literatura?

A Ismael Rojas y Eduardo Riestra       Vargas Llosa escribió hace diez años un lúcido y profético ensayo, La civilización del espectáculo, y recientemente César Antonio Molina ha publicado el extraordinario ¡Qué bello será vivir sin cultura! Ambos tratan por igual, junto con L’après littérature, de reciente publicación en Francia por Alain Finkielkraut, la desasosegante realidad de que la Cultura, la gran Cultura, que suponía un esfuerzo y una ganancia espiritual sin par del ser humano, ha dejado paso a un inane y políticamente correcto entretenimiento con la anuencia de la sociedad, la industria y la crítica.   Hace unos años un escritor y crítico literario ...


Céline: la emoción y el estilo

Me hallaba en una guardia dominical muy movida, atendiendo los primeros catarros de un otoño caluroso y las dolencias típicas de la temporada en el sur, cuando recibí un mensaje de mi tío Javier. “Sobrino, sé que te gustará esto que le he leído a la escritora María Tena sobre Céline”. No sólo me gustó, sino que rara vez -quizá con Lobo Antunes y Benet- he tenido una comunión tan grande con el concepto de novela de un gran escritor. A Céline, al que un amigo y admirador del judaísmo como yo debería detestar, le tengo por el contrario un gran afecto: fue gracias a él, a la fascinación que me produjo la lectura de Viaje al fin de la noche, que inicié la ...


El coleccionista de sombras, de Javier Vásconez

Buenas tardes a todos, gracias por acompañarnos en esta última tarde de setiembre en esta librería que es como una segunda casa en la que a los escritores de Málaga nos falta tener un juego de llaves para entrar cuando nos dé la gana. Así que gracias a José Antonio, que siempre está dispuesto a recibirnos y a hacer que nuestros libros se vean y se vendan un poco más. Para empezar debo deciros a los presentes y a los que nos ven en el canal de Youtube que son muy afortunados, porque no siempre se tiene la oportunidad de que el mejor y más relevante escritor de un país (lejano y cercano a la vez, en este caso) nos visite con su nueva obra bajo el brazo, recién salida ...


Preludio de “Jerusalén”

Como casi todos los niños españoles de una edad, he nacido y vivido bajo una cultura judeocristiana que, a veces imperceptiblemente, nos ha ido inculcando buena parte de los mitos hebreos, así como las andanzas, milagros, pasión y muerte de Jesucristo. Aunque empecé a escribir en serio tarde, a los treinta años recién cumplidos, tengo el convencimiento de que la literatura ha marcado mi vida desde muy temprano: más allá de la lectura constante y fecunda, es un verdadero entusiasmo lo que he sentido desde muy niño por las historias mitológicas, legendarias, religiosas y también familiares. He pasado la vida demandando ficciones a todo el mundo, a los mayores que me ...


Los trabajos y los días

Es posible que Kipling siga teniendo razón: nuestros padres mintieron. Ayunos de guerras y calamidades como la que atañeron al escritor británico y todas las generaciones de la historia hasta hace sólo dos, los padres (de un tiempo a esta parte) mienten de otra forma a sus hijos, y me incluyo: no queremos que sufran el más mínimo contratiempo, ni que descubran pronto el conflicto permanente de la vida, ni que sean en las aulas con ellos demasiado severos, ni que estudien carreras que les lleven a un futuro que no les haga plenamente felices. ¡Como si esto último fuese posible! Estoy convencido de que una de las funciones fundamentales de los padres es la ...


Los ofendidos, de Ignacio Arrabal

EL MAPA DEL MAR Los ofendidos Ignacio Arrabal Editorial Anantes, 2021 104 páginas     Ignacio Arrabal (Sanlúcar, 1973) comenzó su vida literaria en la poesía, y por eso mismo sabe que la literatura es la palabra justa, el uso maestro del lenguaje para emocionar al corazón humano y buscar la verdad, no un simple método de contar historias ni de entretener a la gente. Después de una época, como decimos, de bardo sureño con honores, se afanó en la búsqueda de una novelística somera y barroca donde, entre otras cosas, late una obsesión grande por la ficción, sus poderes y las infinitas posibilidades, incluido el desdoblamiento, la forja de realidades e incluso ...


Marías: genial y fallido

                      (Esto no es una reseña: lea sólo si ya ha leído la obra o no piensa hacerlo)   Quien me lee sabe que soy amigo de las exageraciones y las boutades, de la pura y divertida provocación. Me habrán oído decir más de una vez que en Iberia sólo quedan dos novelistas de los grandes, de los de verdad, de los que tanto abundaron en el siglo XIX en Europa: Javier Marías en España y António Lobo Antunes en Portugal. Si con éste tengo una relación de alumno empollón que toma notas en primera fila, con aquél me une la adoración por Juan Benet y un gusto grande por la subordinada y por temas como el ...


Luz de agosto Editorial

Luz de agosto es una editorial del sur. No del sur faulkneriano, aunque bien podría serlo. El sur es un territorio geográfico pero, como no podía ser de otra forma, lleva implícito una manera de ser y de vivir; también, de escribir y de leer. Aquí la vida es más lenta, en cierta forma más primitiva, y la orografía y la temperatura nos abocan, vía el Mediterráneo, el Atlántico y los cultivos, a una vida más ligada a la proximidad de las gentes y a los ciclos de las cosechas, a los ritmos de la tierra. En el sur la literatura no es tanto una actividad vinculada al entendimiento como una actitud existencial, un culto pagano. Es por eso que esta editorial viene a ocupar ...


Las equis de los diarios

Hay épocas en que la elevación de alma es juzgada como una verdadera enfermedad; nadie la comprende. CHATEAUBRIAND   No somos demasiados los que en España escribimos diarios. No sé el número exacto de los que lo hacen, pero sí una aproximación de aquellos que, como acabo de hacer yo a finales de marzo con el primer tomo de Diario de cabotaje, los publican. También sé que los más jóvenes, los -sobre todo- de menos de cuarenta años, lo hacemos bajo la influencia de Andrés Trapiello, máxime los que los publicamos con apariencia novelesca. Pueden gustarte más o menos los diarios del autor de Los confines o El Rastro –a mí, personalmente, me gustan mucho-, pero la ...


Juan Benet. Una reivindicación tempestiva

Por Ángel Núñez Sánchez     Juan Benet es -junto a Pynchon, Faulkner, Borges, DeLillo, Bernhard y algunos otros- uno de mis escritores preferidos. Desde que, en mi primera adolescencia, muy a comienzos de los lejanos años ochenta del siglo pasado, leyera «Volverás a Región», hasta su prematura muerte en 1993, aguardé con expectación cada una de sus nuevas publicaciones, mientras devoraba fascinado las anteriores. La primera noticia de Benet la tuve en uno de esos párrafos en letra pequeña del manual de literatura española de Fernando Lázaro Carreter en los que se despachaba a vuelapluma a autores que no formaban parte del canon docente (yo había descubierto ...


Primum non nocere

Primum non nocere: lo principal es no hacer daño. Es ésta una máxima de Hipócrates que preside el ejercicio laboral de todo profesional de la salud, algo que no entiendo muy bien por qué no rige también en los profesionales de la política y en el resto de la sociedad. La vida es muchas cosas, pero aunque nos cueste verlo en estos tiempos acelerados e hipertecnologizados, la vida es también dolor. Dolor ontológico a la intemperie del tiempo, dolor físico, dolor psíquico, melancolía. Como dijo Melville por boca de un escéptico marino, quizá el hombre no sea  más que eso: una grandeza y un dolor. Contra este dolor con el que nacemos, un trillizo con el otro hermano ...


En el nombre del padre

El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía ni leer ni escribir JOSÉ SARAMAGO   A la pasada feria del Libro de Sevilla llegué temprano desde Málaga, y esperé a mi amigo Ignacio Arrabal tomando un café en una terraza de la que caía, bendita, agua en forma de vapor cada medio minuto. No hacía todavía el calor horroroso que vendría, pero ya asomaban las malas intenciones del verano en ciernes por las calles atestadas del centro de esa ciudad que dijo una vez Pérez-Reverte que nadie podría inventarse, en la que tengo buenos amigos y –sobre todo– editores (que ya son amigos) para mi obra. Iba a la feria a firmar libros, algo que muchas veces no se ...


Días de diario

Desde hace unos seis o siete años –desde que publiqué mi primera novela– escribo cada día un diario personal. Un proyecto que nació más para superar el síndrome de abstinencia de la escritura que por necesidad íntima o de catarsis. Y digo abstinencia porque no me era fácil en esos años escribir todos los días, más o menos como ahora, y ese párrafo del cuaderno escrito a pluma era lo que en farmacología se llama dosis mínima terapéutica: sin eso creía que estaba dejando de ser lo que nunca he llegado en el fondo a considerarme, un escritor. Cuando los cuadernos escritos a mano alcanzaron la cifra de veinte, hice la prueba de pasar el primero de ellos a ordenador. ...


Chantilly

Vivimos tiempos demasiado interesantes, en una época paradójica y desconcertante: a veces nos relacionamos más y mejor con quien no vemos en persona que con aquellos que viven cerca; somos capaces de sentir afecto y simpatía por quien no tiene rostro, y también de no saludar al vecino con el que nos cruzamos en el rellano. Me sigue gustando la gente, soy de los que tocan y hablan muy cerca de las personas, algo compatible con mi timidez, pero también tengo muy buenos amigos a los que no he visto jamás, y lo que es peor, amigos que no sé qué cara tienen. En las redes sociales –un descubrimiento espléndido para cuyo uso correcto y racional hace falta todavía un ...


Gran Granada

Salía de guardia y decidí, con el pretexto de una charla sobre avances en el tratamiento de la hipertensión en la que estuve diez minutos, irme a pasar el día a Granada. Allí estudié la carrera, pero no había vuelto apenas desde hace quince años, cuando terminé Farmacia en ese ya lejano 2004. Se cumplían veinte años de mi inicio como estudiante universitario, y desde hacía unos meses algo me estaba diciendo que debía volver cuanto antes a esa ciudad, y hacerlo solo, meditabundo, en una visita que habría de ser –eso lo supe luego– un viaje catártico. En Comala comprendí que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver, cantaba Sabina; y yo volví a ...


Calle Misericordia

Por la calle que baja hacia el mar, esa calle fea y siniestra llena de borrachines y bares cutres y que está llena de orines de perro (también del mío) y de la que tanto hablo en estos diarios, también pasan cosas bellas y desconcertantes. La primera vez que los vi, hace unos días, pensé que me había equivocado, que no tenía mucho sentido lo supuesto. Esta mañana los volví a ver, paseando por otra zona, pero el primer día que di con ellos él esperaba bajo el edificio impaciente, mirando el móvil, moviendo las piernas atolondradamente, sentado en un escalón grande de la casa de enfrente. Al poco ella salió con prisas y le dio un beso en la boca, sin dejarle tiempo ...


Metáfora del átomo. El estilo literario

El estilo es el hombre, dijo Buffon, pero yo creo que –además de eso, que es completamente cierto– el estilo es un núcleo, el núcleo de un átomo. Usando la estructura atómica (la actual, no el primer esbozo de Demócrito de Abdera), creo poder responder a algunas preguntas que se hacen a escritores sobre el estilo literario y las influencias que ha podido recibir éste. Si Hegel decía que el Dios-Absoluto no existe, sino que está existiendo, a mi juicio el estilo no se fragua un día determinado y remoto y para siempre, sino que se está haciendo de forma constante, porque un escritor –un buen escritor– es ante todo un lector, alguien que permanentemente lee y por tanto ...


Contra la novela

Está de moda decir que no se leen novelas. Cualquiera lo diría cuando uno da una vuelta por una librería o echa un vistazo a un suplemento cultural, sí, pero la moda es ésa. Aunque quizá no sea una moda, sino que esto venga siendo algo que los esnobs –término éste que no es más que un eufemismo de la palabra gilipollas– lleven diciendo desde que Cervantes pusiese patas arriba la concepción de la literatura hace unos pocos siglos. Dejando atrás a Borges, que las leía con fruición pero se negaba a escribirlas porque decías que todas se podían resumir en lo que él hacía con maestría en el cuento, el primer esnob fue Pla, que como casi todo gigante de las letras dejaba ...


El Encanto

El Encanto (Eda) Ignacio Moreno Gozálvez     Años 60. Un docente de origen español que ejerce en Estados Unidos regresa a su pueblo malagueño –un territorio mítico llamado Velada– para ultimar una tesis doctoral sobre las diferencias y similitudes entre Cervantes y Shakespeare. Allí se encontrará con la vieja casona y finca de su padre, ya fallecido, un hombre que en los años 20 había emigrado a California, y donde llegó a tener un próspero negocio de jardinería junto a una propiedad a la que llamó El Encanto. En la finca malagueña, como ya había hecho su padre en el otro lado del mundo, el protagonista encontrará la paz y el sentido a su vida, rodeado de ...


Apuntes de un sábado

Hace cuatro años, cuando fui por primera vez a una gran feria del Libro, en Madrid, me prometí que sería la última. Hasta que no sea medianamente conocido no volveré, me dije mientras atravesaba solitario una de las grandes avenidas atestadas de posibles compradores de libros del Retiro. No me había ido nada mal, incluso me llamó al terminar el dueño de la editorial que publicó la novela para felicitarme por los diez ejemplares vendidos y firmados aquella calurosa mañana. Hace sólo cuatro años yo no sabía lo que era ni lo que significaba ser escritor. Publiqué una primera novela muy ambiciosa en una buena editorial, pero no sabía nada de cómo funcionaba el mundo de ...


Espinosa

Cuando uno se pasa la vida leyendo y viendo cine, recuerda muchas situaciones que son comunes a la totalidad de las sociedades humanas. Casi nunca me había ocurrido a mí, sin embargo, una muy habitual: quedar con una persona y que ésta no acuda a dicha cita porque hay algo inaplazable que se le ha interpuesto en el camino. El pasado día veintinueve Antonio Espinosa Úbeda –para mí siempre don Antonio– me había agregado como amigo a una conocida red social. Iniciamos una breve charla y la cerramos conminándonos a no demorar más una cita que ya habíamos previsto hace tiempo, cuando supimos uno del otro nuestras ínfulas literarias. Vivíamos en la misma ciudad, ...


Presentación Don Quijote de Manhattan

Buenas tardes, queridos amigos.   Antes de nada he de decir que no estaba muy seguro de aceptar esta presentación, fundamentalmente por dos cosas: porque soy un lector extremadamente duro como crítico de la narrativa de mi generación –también conmigo mismo, claro– y porque con frecuencia asisto a presentaciones poco atinadas donde he llegado a sentir cabreo y vergüenza ajena. Eventos supuestamente literarios en los que el presentador destripa el libro entero y cuenta desde los primeros minutos–en el caso de que hubiesen hablado de Pedro Páramo o de ¡Absalom, Absalom!, por ejemplo– que los habitantes de Comala están muertos o que el resentimiento del coronel ...


Derrumbe

Estaba en Granada y era un día caluroso. Me había dejado dos asignaturas cuatrimestrales para septiembre –Análisis Químico y Técnicas Instrumentales– y las estudiaba los días previos al examen septembrino en el piso que habíamos alquilado mi hermano y yo para ese curso que comenzaba en unas semanas. Era un piso pequeño, del que no tengo demasiados malos recuerdos salvo el de que carecía de luz, únicamente nos valíamos de la que proporcionaba un infausto patinillo. No recuerdo por qué estaban allí conmigo estudiando mis amigos Javi y Juanfran, pero sí que este último nos propuso almorzar en un sitio que conocía desde hacía poco, muy cerca de la facultad de Ciencias. ...


El día que el triunfo alcancemos

Ayer tuve el honor de presentar en Fuengirola el excelente ensayo del sociólogo y diputado nacional José Andrés Torres Mora. Dejo aquí el texto que leí, por si fuese del interés de algún lector.       Queridos amigos y amigas, buenas tardes. Es éste hoy, al menos para mí, un día feliz. Feliz porque para mí, y sé que para muchos de los que hoy nos acompañan, la felicidad está directamente relacionada con los libros. El nacimiento de un libro, sea una novela, una biografía o, como es el caso, un ensayo literario; género éste que –aunque fusionado con la novela y la biografía– es en el que ahora ando trabajando, es siempre un acontecimiento digno de ...


Redburn o la vida misma

El libro que ahora preparo –del que es mejor no decir demasiado– me ha llevado a leer una novela de Herman Melville. Era tal la pasión del escritor tratado en mi libro por el novelista estadounidense que me fui a mi biblioteca y busqué en la estantería donde tengo las novelas marineras cuáles eran mis libros del autor de Moby Dick. Junto a Benito Cereno –mi favorita de las escasas obras que escribió Melville–, estaba la que ayer terminé, Redburn, su primer viaje. Escrita a mediados del siglo XIX, antes de la obra que –póstumamente, claro– lo consagraría como uno de los mejores escritores de la historia de EEUU y donde se ven trazas de la historia de la temible ...


Joseph Conrad y mi mundo

Lee uno ahora a Conrad. Otra vez. Pero no se trata de novelas ni de sus cuentos extraordinarios, ahora son biografías lo que me tienen el día entero entusiasmado. Una de ellas ya la había leído hace unos años, escrita por Juan Gabriel Vásquez con el título Joseph Conrad: el hombre de ninguna parte. Amena, no muy extensa, es un fiel resumen de la vida apasionante que llevó el hijo de revolucionarios aristócratas antizaristas, el vástago díscolo de un poeta polaco sin demasiada suerte en las letras de su patria. La otra biografía tiene la peculiar característica de estar escrita por su propia mujer, Jessie, Joseph Conrad y su mundo, que nos narra en un tono a veces ...


Lecturas decepcionantes

Nada me desagrada más que dejar un libro. No suelo hacerlo. De la inmensa mayoría de los libros que empiezo –hablo fundamentalmente de novelas– ya sé algo, lo suficiente para tener un mínimo de interés, una referencia, una obra anterior de dicho autor, una crítica de alguien conocido y de confianza, etcétera. Pocas son las veces que cojo un libro al azar, aunque de ellas también hay anécdotas felices y soberbias lecturas. Este año, desde principios de enero, me he propuesto leer a autores españoles, sobre todo de mi generación, que están publicando hoy día en España. Y es algo extraño y a su vez peligroso, porque está uno también lógicamente en ese grupo, y debería ...


Carta a Belén

Hay momentos, querida Belén, en los que uno se da cuenta de que la vida es demasiado grande, compleja y dura como para poder soportarla. Días en los que somos conscientes de que no podremos ganar nunca el combate al que se nos condena cuando, sin preguntarnos, nos traen al mundo. Es, por tanto, una batalla perdida de antemano en la que luchamos día a día: la vida nos derrotará, los malos siempre serán más que los buenos y el horror y el fanatismo siempre serán más fuertes que la bondad y la lucidez. Así ha sido siempre, y aunque no haya cosa más digna y necesaria que el optimismo y la esperanza, es probable que nunca tenga el ser humano una victoria completa frente ...


Un viaje en la memoria

Corre el tiempo deprisa –o al menos eso parece-, y con él corren también a la par numerosas experiencias, muchas de las cuales quedan almacenadas en la memoria, sean agradables o no. Una de las costumbres que más huella han dejado y dejan en el caso de uno son las relativas a los viajes.  No es que uno se pase la vida de aquí para allá, pero me tengo por un contumaz viajero, que siempre que puede se marcha a conocer algo del mundo. Creo que conozco relativamente bien Europa y sus capitales, y he estado en Estados Unidos y también en el África negra. Por el Este, he llegado hasta Turquía, pero es España, lo que algunos llaman patria, lo que mejor conozco. Hago un ...


Sanchos, tristezas y bestias

Releo el Quijote por segunda vez, y lo hago ahora en el que ya es conocido como el Quijote de Trapiello, puesto al castellano actual y en una cuidada edición de Áncora y Delfín. Qué delicia. He leído muchos libros (posiblemente lo que mejor sé hacer) y soy firme defensor de la novela negra, pero pocos son tan adictivos e imposibles de dejar como éste; con ninguna lectura que recuerde me he olvidado de cenar y con ninguna he hecho caso omiso del timbre de las guardias de la botica. Releo la segunda parte de este monumento literario, como digo, y lo hago alternando con él la literatura científica a la que un profesional de la sanidad está obligado. Es éste en concreto ...


Una guardia

Hubo una época, no muy lejana, en la que le dio a uno por cuantificarlo todo: qué número de cervezas había tomado en mi vida si aproximadamente bebo una al día; cuántas veces he sacado a pasear a mi perro si lo he hecho una media de dos veces al día durante seis años; cuál es el número de cigarrillos que ha fumado mi padre, etcétera. Ponerle una cifra a las cosas, como si eso sirviese para algo más que para añadir asombro a la ya de por sí asombrosa existencia. Esa afición ridícula pasó, y ahora lo que uno cuenta son únicamente los minutos –por lo general escasos- que tengo para leer y escribir, la porción de tiempo de las fugaces escapadas que hago a la biblioteca ...


Ritos personales

Cada uno tiene sus propios ritos, celebraciones y aniversarios. Hay quien celebra siempre su cumpleaños con una gran fiesta, cumpla ocho o sesenta, y quienes –como es el caso de uno- no lo hicieron ni cuando esas cosas se supone que hacían ilusión. Otros festejan cada aniversario de boda con otro pequeño enlace y hay quienes –como hace una amiga y hacían Savater y su recientemente fallecida mujer- viajan a los lugares donde residieron o escribieron sus autores favoritos. De todo hay, qué duda cabe, pero a uno lo que realmente le gusta y a lo poco que es del todo metódico y fiel es a pasar unos días al año en Lisboa. Lisboa. Hasta el nombre es maravilloso. Lisboa. Es ...


De valientes y ríos

Uno se lanza a escribir una primera novela porque, aunque no lo crea, es en el fondo un valiente. Lanzarse a esa empresa es como hacerlo de cabeza sobre un riachuelo del que no conocemos el fondo, movidos únicamente por nuestra pasión por nadar: puedes estrellarte, romperte el cuello y morir incluso en el intento, pero también puedes retozar en ese arroyo transparente, profundo y sin límites una vez te zambullas en él sin daño alguno. Lo más frecuente y seguro es más o menos lo primero, que el agua tenga suficiente fondo para no morir por el impacto, pero sí para salir magullado y con pocas ganas de volver a visitar riachuelos y pantanos literarios. En literatura, ...


Atraco a las dos

Antes de empezar a leer de forma compulsiva yo era un adolescente obsesionado con el cine. Veía más películas de las que era capaz de comprender, soñando con ser un cinéfilo y parecerme a mi primo mayor. El final de una de las películas que vi más veces durante la adolescencia, sobre unos presos americanos -de la que inexplicablemente no recuerdo el título- no se me ha olvidado nunca. Debía de tener quince o dieciséis años, y la vi en el cine Sohail con mi padre. Ése era el único cine que había en Fuengirola hasta hace muy poco, y al salir los dos comentamos consternados de camino a casa la citada última escena: un viejo obtenía la libertad tras cuarenta o cincuenta ...


Una meditación

26 de Noviembre de 2015 No sabría contestar a por qué escribo diarios. Tampoco, dicho sea de paso, sabría responder a por qué escribo novelas, relatos y algún artículo de opinión. Ser escritor de diarios (íntimos, añaden algunos) supone de entrada un gran deseo de dejar algo donde en un futuro no habrá nada; donde no estará (algo que parece claro) el yo pensante que dirige la pluma o la tecla. Hasta el momento, siendo uno asiduo lector de diarística (sobre todo patria), el que tal vez haya sintetizado mejor en unas pocas palabras la necesidad a veces angustiosa de escribir meditaciones en un cuaderno es el suizo Henri-FrédéricAmiel, que se preguntaba cuántos hombres ...


Castañas

25 de Noviembre de 2015 La última vez que comí castañas fue hace quince años. Llevo bien esa cuenta, porque aquél fue el día que murió mi abuela Lola. Estábamos toda la familia en su salón, mirándonos, unos llorando y otros, los más, despidiéndonos en silencio y serenos de aquella casa donde tan felices habíamos sido, y para acompañar esa sensación de orfandad comíamos castañas. Era octubre, año 2000, y yo comí tantas que me pasé vomitando un par de días. Supongo que se me mezcló todo: ansiedad, pena, miedo a un futuro sin aquella señora que dominó mi infancia desde la silla de obesa mórbida de su salón, la lejanía de mis padres a los que el fallecimiento sorprendió ...


Martes, 18 de noviembre de 2015

Desde hace unos cuantos años, cinco o seis, no más, tengo la necesidad casi compulsiva de escribir. No sólo novelas, cuentos y artículos de opinión, sino cualquier cosa que me ocurra o vea: notas en cada viaje, los días intensos, la película o el libro que me han emocionado, una guardia laboral, un extraño y sorprendente sueño, etcétera. De esta necesidad de escribirlo todo nació hace ahora dos años lo que yo he titulado Tribulaciones y sueños. Diario de cabotaje. Desde esa fecha, mes arriba, mes abajo, vengo siendo un fiel escritor de diarios personales. Los escribo a mano, a pluma, con tinta azul, al principio en libretas con publicidad de medicamentos y más ...