Rafael Maldonado – Escritor : Un viaje de invierno y el vals K. de Schubert

Un viaje de invierno y el vals K. de Schubert

Rafael García Maldonado | 25/11/2025

viaje radioHoy me gustaría hablar, como el domingo pasado, de uno de mis escritores favoritos, el ingeniero de Caminos Juan Benet, a quien dediqué un ensayo biográfico en 2018. Como se trataba de unir, en mi caso, literatura y música (y enfermedad), he recordado una de las novelas más herméticas y complejas del complejo Benet, Un viaje de invierno (1972), de título schubertiano. Algo, la obsesión por Schubert, que fue la que me unió a Benet en un comienzo, antes de la literatura. Supe tiempo después que Benet era melómano y que, su tercera novela, ésta de la que hablo, fue escrita entera bajo el influjo de una pieza de minuto y medio de Schubert, el vals Kupelwieser, que Benet escuchaba una y otra vez, ya que se las ingenió -no en vano era ingeniero- para hacer que el tocadiscos la reprodujera sin parar merced al uso de un artilugio que llevaba al comienzo la aguja de forma continua. Es una pieza que ni siquiera se escribió en su día, cuando Schubert la tocó, ya herido de muerte por la sífilis, para un amigo, el tal Kupelwieser, el día de su boda. Este vals se asocia a lo que Benet llamó ‘música para sí mismo’ que compuso el genio austríaco cuando ya sabía, con solo 28 años, que se moría. Es lo que hizo en su Viaje de invierno, ambas obras tremendamente desoladoras y melancólicas, de una belleza que arranca muy fácilmente las lágrimas. Alguien definió este vals que suena ahora con la imagen de la sonrisa de un niño que está a punto de echarse a llorar. Benet añadió en las solapas de la primera edición en La Gaya Ciencia la partitura de este vals que lo obsesionaba y cuya desolación y belleza trasmitió a la novela, una partitura que escribió por primera vez Richard Strauss.

¿Y cómo siempre? ¿De qué va Un viaje de invierno? Y esta es aún más difícil de resumir que las de Bernhard, Lobo o Joyce, porque, ambientada como siempre en el territorio de Región, la historia que se cuenta en la novela es una apropiación del mito de Démeter y Hades, y la novela retrata los preparativos de la fiesta anual de Demetria en La Gándara por la llegada de su hija Coré. Narra la historia de una madre que ha perdido a una hija (Coré) y escribe unas invitaciones para una fiesta en honor al regreso de su hija. No se cuenta nada más, es la espera y la repetición, la madre imagina la fiesta, aparecen figuras espectrales. Una serie de símbolos en una historia que se teje en un largo fluido que constituye la parte narrativa del texto, y cuyos ladillos o escolios se llenan con ligeras aproximaciones al texto. La recomiendo como fusión de alta literatura y la mejor música, pero entiendo que quien intente leerla pueda dejar de hablarme.

 

La Versalita, 23.11.25

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